lunes, 6 de julio de 2009

Galayeando

Mochila al hombro y pa'rriba. Eso es lo que decidimos hacer cuando llegamos el viernes por la noche, que subiríamos y bajaríamos todos los días. Nos serviría de entrenamiento y ahorraríamos peso en la subida.
Con los deberes hechos llegamos a pie de vía de la Punta María Luisa, allí dejaríamos las mochilas y el exceso de equipaje para dirigirnos cada cordada a su objetivo predeterminado. Aunque claro, de nada serviría porque el "overbooking" que experimento Galayos en el fin de semana fue espectacular. Los asiduos a la zona no recordaban nada así. Solución: cambio de planes a buscar nuevas vías, es lo que tiene querer hacer las más conocidas.


Chema, Jaime y Jorge acabaron en la "Rivas-Acuña" a la Punta María Luisa y de allí enlazar por la cresta al Torreón. Varias cordadas les precedían, lo que nos llevó a algunos de nosotros a cambiar de rumbo. No era plan de esperar hasta el mediodía para empezar a escalar.


Borja y Mar se dirigieron a la mítica "Sur al Torreón". Ni que decir que también había que coger ticket para poder subir. Así que yo (Sole) y Javi en un segundo intento de querer subir a alguna parte improvisamos (bueno, realmente fue Javi) un itinerario a unos 5 metros a la izquierda de la Sur al Torreón hasta la cresta, y luego enlazaríamos en el último largo para "compartir" cima con Borja y Mar, si es que se le puede llamar compartir, ya que los escasos 2 metros cuadrados que pueda tener lo hacían un poco complicado.




Juanma y Koka apostaron por una vía más larga que les llevaría a la cima de la Aguja negra. Sobra decir otra vez que el ticket de pie de vía era indispensable.

Así quedamos todos repartidos disfrutando de las vistas de Galayos desde lo más alto. No nos olvidemos de Juanjo que de la mano del equipo nacional de alpinismo rondaba por ahí de una vía a otra sin poder parar.

Bajar hasta "el campo base", reponer fuerzas, comer en cantidad y al sobre, que mañana toca más.


Y al día siguiente, pues tocó más de lo mismo, pa'rriba por esas zetas que no tienen fin. Esta vez los itinerarios elegidos estaban menos concurridos. Paseamos nuestro sombras por el Gran Galayo, el Pequeño Galayo y algunos más. Un día menos intenso que el anterior porque toca regresar a casa, y además, una nube entró por el frente soltando gotas de agua que nos obligarían a desalojar el recinto rocoso. Menos mal que no fue para tanto y al final el sol salió enseguida.

Esta fue nuestra última aventura. La próxima, este fin de semana en Hoyamoros. Más y mejor.


1 comentario:

Plan Extremeño de Tecnicifación de Alpinismo dijo...

Bueno niños pues id afilando de nuevo los pies de gato que pronto estamos colgados de nuevo en la vertical, el paraiso escondido nos espera. Muchos besos de koka, ya os contare mis aventuras y desventuras por tierras Alpinas.